Tercer dossier: Artículo 2
DE CYRANO AL DESARROLLO HUMANO LOCAL:
La Radio comunitaria activa la ciudadanía
Autor: Eduardo A. Llempén Martínez
RESUMEN
En el medio de las transformaciones sociales y el impacto público que han tenido los medios de comunicación de masas en las modernas sociedades democráticas, la problemática de las radios comunitarias se encuentra ligada al fenómeno a partir de la labor social que desempeñan. Este artículo analiza los efectos de empoderamiento que producen estas radios en las comunidades que se insertan, en personas y organizaciones sociales, que contribuyen positivamente en la democratización de los espacios comunicativos y la participación activa de los miembros.
Palabras clave: radio comunitaria, ciudadanía, empoderamiento, desarrollo humano local.
La magia de la radio
"Al abrir el estuche encontré no sé qué continente de metal muy parecido a nuestros relojes y llenos de no sé qué pequeños resortes y de máquinas imperceptibles. Era, en efecto, un libro; pero era un libro milagroso que no tenía ni hojas ni letras; era, en resumen, un libro, para el cual eran inútiles los ojos; en cambio, se necesitaban las orejas… salían de este estuche de libro todos los sonidos distintos y claros que sirven como expresión de lenguaje entre los grandes pensadores de la Luna. De esta manera, tendréis eternamente alrededor vuestro a todos los grandes hombres, muertos y vivos, que os entretienen de viva voz".
Con su prodigiosa imaginación, Cyrano de Bergerac (1657),
creó la radio, siglos antes de que la investigación científica del
electromagnetismo confluyera en la telegrafía y la telefonía sin hilos, antecedentes
inmediatos del evanescente sonido-con-sentido. Según Paredes (2005), la metáfora
se constituye en un bello encuentro entre hombre, naturaleza y tecnología.
La globalización, un arma de doble filo
Actualmente, los medios masivos permiten la transnacionalización de la cultura y de la información, creando espacios comunicativos que superan fronteras, lo que puede ocasionar problemas a ciertas sociedades. “Cada vez más se hace patente los efectos negativos que los mass media producen, se acaba con la idea de que, por el simple avance tecnológico, se desarrollarían mejores estadios sociales” (Ansaldo y Lara, 2009).
Según Canglini (2002), se desarrolla así un proceso de
homogenización cultural reflejada en la cultura masiva y contextos de hibridación
cultural en los que las culturas populares readaptan y resignifican sus pautas
y prácticas. Además, decía Richeri (1985), los medios fragmentan a la audiencia
individualizando al individuo, inhibe la participación del receptor y fomenta
la pasividad en la relación de comunicación.
Pero, ¿qué es comunicación?
Mayormente se confunde comunicar con informar, o peor, manipular la realidad. Hay profesionales de la comunicación que consideran que sólo ellos pueden ejercerla, piensan que nace en los medios y que éstos son instrumentos para la difusión de información. También hay quienes consideran que comunicar es persuadir, y promueven proyectos sociales apelando a emociones y necesidades de la gente, escuchándola, pero sin tomar en cuenta su opinión. Otros ven en la comunicación una herramienta para obtener información, y con ello otorgan un rol utilitario a las personas, sin pensar en su protagonismo o poder de decisión.
Sin embargo, hay otro sector que reconoce que la comunicación nace de la gente, y que los medios son espacios de intercambio de ideas, propuestas, necesidades; entiende a la comunicación como la voluntad de comprender al otro, respetando su experiencia de vida y cultura, volviendo más humanas las relaciones entre los actores sociales.
Para los medios de comunicación, ya no es suficiente
informar, entretener o educar, pues si se requieren sociedades y
participativas, deben optar por una propuesta de desarrollo; una donde la
comunidad participe en el planteamiento y ejecución de un proyecto. La gente
busca soluciones a sus problemas y es tarea de los comunicadores recoger y
canalizar sus necesidades y propuestas, dicen Hoeberichts y López Chang (2001),
y agregan que “si un medio de
comunicación sólo quiere dedicarse a informar o a emitir música es su opción,
pero si opta por trabajar por el desarrollo humano local (…) asume un
comportamiento ciudadano”
Y, ¿qué es ciudadanía?
Para algunos, ser ciudadano es ir a votar cada 4 o 5 años; para otros es exigir respeto por los derechos; otros se conforman con pagar a tiempo sus impuestos. Pero es más que eso. “Ser ciudadano significa estar consciente de lo que sucede a su alrededor, cómo le afecta a uno y a su colectividad, no permanecer indiferente y sentirse responsable por lo que pasa en su localidad y país” (Hoeberichts y López Chang, 2001). La ciudadanía es vital para la democracia porque fortalece a la sociedad a través de sus organizaciones, crea espacios de diálogo y participación para representar a los distintos intereses y demandas de la diversidad de actores que se agrupa en el país en un marco de pluralidad e intercambio de opiniones.
Si bien el concepto de ciudadanía contempla lo que puede
aportar el pueblo al Estado, dejando de lado sus características autónomas e
internas; es el concepto de empoderamiento el que contempla el proceso interno
donde las poblaciones generan acciones y actividades en conjunto, autónomamente,
para intervenir sobre sus vidas. “Los
miembros de una comunidad desarrollan conjuntamente capacidades y recursos para
controlar su situación de vida, actuando de manera comprometida, consciente y
crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus necesidades y
aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos" (Montero,
2003); concepción que reemplaza la visión paternalista de sujetos vulnerables
por la de sujetos con derechos.
Otra alternativa, la radio comunitaria
La problemática mencionada, genera la necesidad de crear nuevas formas, más libres y participativas, de información y comunicación, movimientos que promuevan identidades no hegemónicas y generen espacios democráticos donde el receptor sea parte de la construcción del mensaje participando activamente y generando ciudadanía. Sin embargo, “la comunicación alternativa puede calificarse de ilusión teórica, no existe en la práctica social en estado puro. Existen, en cambio, utilizaciones alternativas de los medios” (E. Prado Pico, 1985)
La radio comunitaria puede corresponder a estos deseos, es pluralista, sin fines de lucro, su programación se basa en la participación ciudadana, “da voz a quienes no tienen, sirve como vocero de los marginados y es el corazón de la comunicación y de los procesos democráticos en las sociedades” (Gascón i Martín, 2005). Si quienes controlan los medios pueden definir los contenidos e imágenes que se transmitan e influir sobre lo que es relevante, con la radio comunitaria los grupos excluidos adquieren influencia sobre la agenda pública del sector y el poder discursivo de los medios tradicionales se reduce, la capacidad de la cultura hegemonizadora pierde poder, y esto a su vez permite la convivencia de distintas formas culturales.
La radio asociativa, comunitaria, libre, popular,
alternativa, participativa, ciudadana, cultural, insurgente, educativa, “trucha”,
municipal, indigenista, comunal, rural… representa un modelo claramente diferenciador frente a
los modelos clásicos
dominantes del sector público
tradicional y privado comercial. Los diferentes nombres bajo los que se conoce
este modelo de radio responden a las diferentes realidades que la han ido
alumbrando, en Europa, América y África, donde la tradición de estas emisoras
se hace sentir en mayor medida. (Chaparro, 2005)
VÍDEO: Historia
de las Radios Comunitarias
La radio comunitaria, entonces, es un fenómeno de carácter mundial que ha ido tomando forma de acuerdo al continente en donde se sitúa; pero según Ansaldo y Lara (2009), “las primeras experiencias se iniciaron en América Latina hace casi medio siglo y durante muchos años los pueblos indígenas, sindicatos, universidades, iglesias, sectores privados y Estados combinaron sus esfuerzos, haciendo de la radio comunitaria la región más dinámica y diversa del mundo”.
En 1983, un grupo de apasionados de la radio comunitaria
se reunieron en Montreal, Canadá, por un movimiento mundial que los unía entre
sí, y crean la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), un espacio de
encuentro y acción colectiva para debatir y delinear los horizontes del
movimiento de medios comunitarios. Esta asociación hoy agrupa más de 3000
medios comunitarios, en América Latina y Caribe son más de 500 las asociadas
directas y 1500 se suman a través de sus redes nacionales, según se informa su
página web amarcalc.org
Por un desarrollo humano local
Ser radio comunitaria es una opción, un derecho, no una obligación; por eso no son tan comunes. Una radio comunitaria se identifica con la realidad de la población, y como un actor más, busca generar propuestas por el diálogo sin inhibirse de formular sus propias alternativas, teniendo en cuenta que cualquier propuesta de desarrollo siempre afectará, para bien o para mal, tarde o temprano, a la colectividad a la que sirve.
AUDIO: Entrevista a Rodolfo Aquino sobre radios comunitarias en el Perú
Rodolfo Aquino Ruiz, director ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR).
Sin embargo, las radios comunitarias no son las que directamente afectan el empoderamiento de la comunidad en la que se insertan, sino que generan contextos empoderadores, posibilitados por su información, su apertura a la comunidad y los vínculos que se establecen. Pero son “las audiencias las que construyen sus propios significados de la radio como cultura” (Paredes, 2005)
Los enfoques de desarrollo corresponden a intereses determinados y determinantes, y la mayoría de ellos consideran a las organizaciones como principales impulsores; el enfoque de desarrollo humano local, en cambio, considera que son las personas, la población, los actores principales del desarrollo y no sólo los eternos “beneficiarios o receptores”; aun así, no excluye a otros actores, pues la sociedad se fortalece cuando las iniciativas de la población son valoradas y puestas en común con otros actores de la sociedad, construyendo relaciones y espacios de diálogo, pero teniendo la población el rol protagónico, ejerciendo su derecho a proponer y decidir como una actividad cotidiana y ciudadana.
O como lo resumen Hoeberichts y López Chang (2001): “El desarrollo humano local asume a la
comunicación como una práctica natural y participativa en la toma de decisiones
teniendo como base el respeto o reconocimiento de los otros actores”. La
FAO confirma que la comunicación es clave para el desarrollo humano, pues “a medida que el mundo avanza hacia la
descentralización, la economía de mercado y una mayor democracia, mejoran las
condiciones para que la población empiece a fijar su propio rumbo al cambio; pero
es necesario aumentar su sensibilización, participación y capacidad”.
VÍDEO: Proyecto
AmazOndas, una radio comunitaria en la selva de Perú #SintonizaAmazOndas
SÍNTESIS CONCLUSIVA
Lo resumen Hoeberichts y López Chang (2001): “El desarrollo humano local asume a la comunicación como una práctica natural y participativa en la toma de decisiones teniendo como base el respeto o reconocimiento de los otros actores”. Y la FAO confirma que la comunicación es clave para el desarrollo humano, pues “a medida que el mundo avanza hacia la descentralización, la economía de mercado y una mayor democracia, mejoran las condiciones para que la población empiece a fijar su propio rumbo al cambio; pero es necesario aumentar su sensibilización, participación y capacidad”.
Ergo, se debe trabajar por una propuesta de desarrollo que parta por reconocer el protagonismo de la población, fomente el diálogo entre ésta y otros actores sociales, y busque crear espacios democráticos de participación ciudadana. La comunicación debe ser, entonces, un esfuerzo común donde, a pesar de diferencias (económicas, sociales y culturales) y discrepancias en opiniones, se pueda formular propuestas y busca soluciones. Desde comunidades campesinas, pasando por gobiernos locales y hasta medios de comunicación, todos deben aportar a un plan integral que realmente lo hagan suyo, que lo sientan y vivan como suyo.
REFERENCIAS
Ansaldo, M. y Lara, V. (2009). Una aproximación a formas de comunicación alternativas. Radios comunitarias y empoderamiento social de los vecinos: tres estudios de caso. Observatorio de Medios FUCATEL.
Hoeberichts, A. y López Chang, M. (2001). Comunicación y radio para el desarrollo local: Una propuesta latinoamericana a partir de la radio ciudadana en el Perú. (1a ed). Abya - Yala Editing.
Paredes Quintana, R. (2005). Investigación multidisciplinaria: voces en el aire. Apuntes para conocer la radio. Cinta de Moebio (22), 137-144.
Páginas web
Asociación Mundial de Radios Comuniarias América Latina y Caribe. (1983). Consultado el 31 de May. de 21 https://www.amarcalc.org/
Chaparro Escudero, M. (2005). La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC): otro modelo radiofónico posible. TELOS, (65). https://telos.fundaciontelefonica.com/archivo/numero065/la-asociacion-mundial-de-radios-comunitarias-amarc-otro-modelo-radiofonico-posible/
Fraser, C. y Villet, J. (1994). La Comunicación: clave
para el desarrollo humano. Food
and Agriculture Organization of the United Nations. http://www.fao.org/3/t1815s/t1815s01.htm
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